Hola a todos, mi nombre es Victoria Malm Morgan y soy médica veterinaria.
Hace varios meses tenia la idea de buscar un espacio donde pueda compartirles a todos los que quieran leerme un poco de la vida diaria atendiendo como veterinaria, historias de pacientes que merecen ser contadas, anécdotas, historias de pacientes que ya no están pero que merecen ser contadas y algunos consejos para sus perros y gatos.
Espero me acompañen en este viaje y se sumen a esta comunidad tan linda de los amantes de los animales.
Por qué VETERINARIA?
Nací en Buenos Aires y crecí en Pilar en una casa quinta rodeada de animales (gatos, perros, algunas veces cuises que "rescataba" pensando que eran amigables). Mi primer experiencia de niña con veterinaria fue cuando tenía 6-7 años y una paloma se lastimó contra una ventana, recuerdo que nos pusimos tran tristes con mi hermana que mi papá le hizo un vendaje y la cuidamos en una caja hasta que pudo volver a volar, desde ese mismo instante mi único juego era ser veterinaria, nunca hubo duda alguna de lo que quería ser cuando sea grande.
Rodeada de perros gigantes y gatos mi mundo era una fantasia todos los días, mis perros eran caballos, lobos, guardianes, mi gata era leona, tigre, cazadora.
Todos crecimos juntos y debo admitir fueron mis mejores y fieles amigos. Me enseñaron el amor incondicional y absoluto.
Primer duelo
La primera vez que se nos fue uno de mis perros recuerdo que tenia 8-9 años, era una gran danés, era bastante joven pero con una enfermedad muy avanzada, en ese momento no había tratamiento y se tuvo que poner a dormir.
Soñe que me venía a visitar todos los días, con mi hermana habiamos prendido la radio y dijimos que la primer cancion que sonara sería siempre para su recuerdo (pobre Maia..sonó mambru).
Ahora ya con varios años de veterinaria hay tratamiento para esa enfermedad y siempre la voy a recordar ya que me enseño el gran valor de disfrutar cada minuto con ellos, que mañana puede no estar más en este plano y que cada día es un regalo.
Vocación o profesión?
Hay miles de carreras hoy en día y cada una representa algo de nosotros, nos define. Pero hay que resaltar que no todas las carreras son por vocación.
Veterinaria siempre fue la única para mi, supe con absoluta seguridad que iba a médica veterinaria. Estudiarla fue la parte fácil (y eso que no es fácil).
Es una dualidad de alegría cuando tus pacientes mejoran, vienen moviendo la cola sabiendo que los pinchas, gatitos que ronronean, pacientes que damos de alta sabiendo que escaparon de la muerte por mera perseverancia y ganas de vivir. El lado oscuro y triste es cuando fallecen, cuando debemos ponerlos a dormir ya que no hay nada más para hacer, cuando estamos cerrando y encontramos una caja con perritos o gatos abandonados, cuando llegan clientes agresivos y poco coperativos.
Y en un momento determinado miras todo lo que viviste y lo que se viene y decis "vale la pena todo esto?" y al día siguiente, despúes de llorar un poco la noche anterior, volver a ponerse el ambo que tanto orgullo nos dá nos subimos al auto y volvemos a arrancar, por que la respuesta es SI, siempre vale la pena.
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